Hola, familias.
Esta semana dejamos la entrada del aula de 2 años para
la próxima actualización y nos centramos en algunos recursos que empleamos en
el aula de 1 año. Os hablaremos de la importancia de la palabra poética desde
las primeras edades y la recuperación de la lírica popular infantil. Dentro del
conjunto de composiciones líricas, nos centramos en algunas fundamentales como
son las canciones de cuna (o nanas), los juegos mímicos y las canciones o
retahílas. Todas las personas tenemos un recuerdo de alguna de estas
composiciones vinculadas afectivamente a una de las personas que se encargó de
nuestra crianza (especialmente, familiares) y de los juegos en la escuela (como
las canciones de corro, los trabalenguas, etc.).
Estos han sido los textos poéticos que nos han
permitido relacionarnos con la infancia desde el nacimiento y están asociados a
un desarrollo integral de las capacidades de la infancia. En primer lugar,
estas composiciones (principalmente breves) nos permiten comunicar a partir de
nuestro cuerpo y donde los estímulos sonoros se coordinan con nuestro cuerpo.
En segundo lugar, del placer y descubrimiento de la palabra, donde mostramos que
con las palabras podemos jugar con las palabras, ejercitar la memoria por sus
estructuras repetitivas y vincularnos desde el placer de articular un mensaje
oral que amplía nuestra realidad de una forma lúdica. En tercer lugar, más allá
de la ampliación del vocabulario, se potencia el vínculo afectivo entre la
infancia y la persona adulta que emite, transfiere e impregna la imaginación de
la infancia con un conjunto de gestos, mimos, ritmos y arrullos que le
transmiten a la infancia un mensaje intergeneracional y la indudable muestra de
afecto de que estamos ahí, para su cuidado y juego.
Con los juegos mímicos (que os adjuntamos toda una
colección para vuestra aproximación y conocimiento), también nos vinculamos y
desarrollamos sus capacidades motrices, reconocen su esquema corporal y
perciben un pan melódico con el que expresamos nuestro cariño. Podréis leer en Aserrín, cómo nos preocupamos ante la
llegada de nuestro/a hijo/a de proveerle de un montón de elementos materiales
(necesarios), pero muchas veces pensamos a medida que crecen en cuáles pueden
ser los juguetes más estimulantes y educativos cuando tenemos en nuestra
posesión cultural un elemento inmaterial como es la cultura de tradición oral.
Con estos recursos nos vinculamos e interactuamos estableciendo formatos de
comunicación que tienen un valor incalculable: nuestra atención (la vuestra,
como progenitores que expresan su amor y acogida a este mundo). En el prólogo
de esta obra leemos: “Todos los/as niños/as necesitan un adulto como tú que les
enseñe y les haga jugar” (p. 20).
En el centro disponemos de muchos recursos vinculados
con la poesía infantil, libros de nanas, repertorios sonoros y ensayos (fruto
de mi labor en la formación de maestros y maestras en la Universidad de
Alicante). Entre estos recursos, en Puer
Poeticus de Antonio Rubio leemos: “Causa embeleso contemplar a una madre
que acuna en sus brazos a la hija o al hijo y lo mece al compás de un rumor o
canto rimado y amoroso. Como dos personas en una sola, se balancean al ritmo de
los latidos del corazón. Y el bebé se calma y duerme, y atraviesa las puertas
del sueño al calor de la poesía” (p.5). En dicho manantial de palabras y
composiciones, nos relacionamos en el aula con ellos y ellas y les ofrecemos,
en muchas ocasiones, un sustento lúdico para sus momentos de pena, un
acompañamiento lúdico para cantarle a sus dedos, mover sus manos, brazos…en
definitiva, vincular la coordinación motriz a la palabra, a la musicalidad y el
lirismo de la poética. La palabra poética para mostrarnos afecto, para
transmitir el conocimiento de anteriores generaciones y mantener viva dicha
alma.
En nuestro contexto, recitar estas canciones es un acto de resistencia y consciencia de ofrecer lo mejor a la infancia y estaréis acostumbrados a ver a familias que deciden que el móvil sea el interlocutor de estos cantos y juegos. No importa que no sepáis cantar o entonar, eso a nadie le importa porque a quien sí le importa es a vuestro/a hijo/a: quieren vuestra voz, olor, calor, arrullo, movimiento, tacto y caricias. Eso no entiende de cómo suene, sino de cómo se sueña una infancia. Un patrimonio inmaterial que debe perdurar por todas estas razones. Una cultura oral, un patrimonio emocional. Terminamos con una elegía, en este caso, de Rafael Alberti.
Esperamos que os resulte de interés su lectura y que
os animéis a cantárselas, realizar sus juegos, interaccionar con vuestros
cuerpos,…estaréis creando una huella imborrable.
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